Desde hoy y hasta el próximo 4 de mayo tendrá lugar el juicio al exjuez federal de Santa Rosa José Antonio Charlín, acusado por los delitos de abuso sexual y laboral, amenazas y maltrato contra empleados judiciales, testigos y un fotógrafo.
El debate, que lo llevará adelante el Tribunal Oral Federal de Santa Rosa, se dividirá en nueve audiencias y tendrá un total de 49 testigos. El inicio se demoró una hora: estaba previsto para las 8 y recién comenzó a las 9. Charlín, que apareció con un look informal, vestido con joggings, antes de comenzar pidió cambiar su defensa. De esa manera, apartó a la defensora oficial, Laura Armagno, que lo patrocinaba hasta ahora, y en su lugar designó a dos abogados particulares: Francisco Pagani y Flavia Fernández, dos profesionales de Capital Federal.
En el inicio del debate, le pidieron los datos personales. “Disculpenme por la vestimenta, acabo de llegar y no tuve tiempo de cambiarme. Estoy sin medias”, aclaró. Tardó una hora y media para brindarlos. Detalló su vida laboral, se levantó a tomar agua reiteraamente ("Tomo agua porque el hipo no se controla fácilmente", explicó), agradeció a Dios y a los jueces, montó una escena con ribetes de comedia, casi al borde del ridículo. Charlín adelantó que se negaba a declarar, pero fueron desopilantes sus respuestas frente al interrogatorio de los datos particulares frente a los jueces que integran el Tribunal. El exjuez hizo un acting de realismo mágico.
"Es muy grave malversar una lucha", expresó, por ejemplo, sobre las acusaciones de violencia de género en su contra. Dijo que irá al acto de la Plaza San Martín, por la tarde, en la jornada por el Día de la Mujer.
Pidió al tribunal que citen a Gladys Kruger, Lenny Cáceres y Marines Ortellado, para que declaren. Supuestamente a favor de él en esas cuestiones de género. Las describió como "conocidas militantes de género".
Habló durante 1 hora y 40 minutos. "Esta provincia es amada por mí, a pesar de todo", diio. Aseguró que se gana la vida "como consultor legal". "Jamás he tenido un problema de violencia de género", dijo. "Vivo solo y estoy en pareja pero no convivo. Si no convivo es por estar viviendo en una megalópolis, y ustedes saben cómo es el tema de las distancias. Tengo una excelente relación con mi ex mujer, quiero que ambas cosas consten en actas", reclamó, en forma insólita.
"Bonvehí me pidió una pericia psicológica. He pasado varios exámenes psicofísicos, incluso para cuando concursé al Juzgado Federal de General Pico", mencionó. "Soy muy autoexigente y exigente, si la exigencia se entiende como acoso laboral, no soy quien lo debe condenar", largó.
Insinuó que la causa es "cobrar un vuelto" por perseguir la trata de personas, en relación a las causas a intendentes pampeanos.
Charlín no cortó su perorata por voluntad propia. El abogado lo interrumpió, para decir que más adelante seguirá declarando. La defensa pidió un cuarto intermedio de 10 minutos antes de que pasen los testigos.
"¿Todo eso es tuyo"?
La primera en declarar fue la exjueza Iara Silvestre, qye era la secretaria del Juzgado y denunció que fue acosada sexualmente por el imputado. "Me miró los pechos y me dijo: ¿todo eso es tuyo o hubo bisturí?", relató Silvestre la conversación que vivió con Charlín.
Silvestre relató que un sábado a las 10 de la mañana pidió verla, supuestamente por una causa con detenidos, pero solamente le preguntó por cuestiones laborales de los empleados y el fiscal. Estuvo hasta las 2 de la tarde, incluso le pidió si conocía un peluquero que le llame uno.
El lunes se encontraron llegando al juzgado, la saludó muy efusivamente con un abrazo. Le empezó a pasar que Charlin llegaba muy tarde y ella, que iba muy temprano, no se podía ir.
Entre las primeras situaciones chocantes, contó que “tiene una forma de ser que parece que habla en chiste pero es chocante”. “Mandarle mensaje a mi marido porque me teníia que quedar, me dijo dale mentile, tantas veces le habrás mentido”, relató.
Nunca llegaba antes de las 11 de la mañana. "Me mira los pechos y me pregunta si todo eso mio. Me pidió que llame a la dioctora Barrios, secretaria electoral, también de forma muy chocante. Me dijo que había traido un libro y que habia marcado una página. 'No te vendría mal leer un poquito'", me sugirió”.
La funcionaria judicial contó que Charlín llegó en junio y se fue en agosto, pero "eran cosas que se vivían todos los días. Se empezó a escuchar cosas que pasaban con otros compañeros, cada uno lo vivia de distintas formas".
"Otra cosa -agregó- se interesaba por la ropa que una llevaba puesto. Cuando te hablaba se te acercaba mucho, uno siempre estaba retrociendo y él siempre avanzando. Entro una mañana y me decía: “que lindo lo que tenés puesto”. Se me acercaba, me mete la mano y me pregunta de qué tela es, le saqué la mano y le cambié de tema. Me ponía la mano en la espalda para pedirme permiso y pasar atrás del escritorio".
Explicó que empezó a pedirle a los compañeros que no la dejen sola, que queden las puertas abiertas, y si veían que el juez la cerraba, que la abran con cualquier excusa. Dijo que él siempre hacia alarde de sus contactos, judiciales y politicos, y en función de eso decia que iba a ser convocado en juicios de lesa humanidad en distintas provincias. "El despreciaba el cargo, decía que estaba para más. Me decía que había hablado con un juez del tribunal de General Roca y que íbamos a ir a trabajar allá, yo le decía que no podía, pero en realidad no quería", confió.
"Sentía que si lo enfrentaba me tenia que ir de mi trabajo", confesó.
"Un día me hace pasar a la oficina, estaba hablando por telefono con alguien y le decía que se acordaba de mi: “no es solo una cara bonita, también es inteligente. Con lo caliente que está este gordo con vos, te van a pagar y no vas a tener que trabajar”, decía".
Ella contó que le decía que no podía porque tenía una hija chiquita.
"Llegué a mi casa llorando, ya no tenia más ganas de de trabajar. Me sentía mal porque siempre fui muy apasionada en mi laburo y ya no tenía que trabajar. Le pedí a un compañero que me acompañara cada vez que el me llamara al despacho", relató, angustiada.
Charlín la miró y sonrió, a esa altura del testimonio.
"Se acumulaba el trabajo. No firmaba, se citaban testigos a idnagatoria y pasaban cuatro horas y no bajaba. Cada vez empezó a venir más tarde. Sa había transformado en un caos el juzgado", dijo Silvestre.
Además, recordó que en la ausa de trata de Lonquimay, habia pedido el fiscal citarlos a indagatoria y cuando le planteó que estaba esta situación, le contestó que lo iba a citar: "Me pregunta si lo conocía a (Luis) Rogers, le dije que lo conozco como a cualquiera en el pueblo, me pregunta por la orientación politica y me dijo que lo iba a citar porque no le quedaba otra pero que iba a avisar a la vicegobernadora Durango y que iíamos a ver qué hacíamos. Lo citamos a indagatoria, lo cito para noviembre. Unos días después me dice que estaba en reunión con una persona, que quería que esté y cuando subo estaba el comisario Alanís. Ya me empezó a parecer raro. Cuando entramos a la reunión, el doctor abiertamente le sugirio que no declarara, que había llamado al jefe de Policía para que viniera, que no se juntara con el intendente porque asi se le hacia más fácil desvincularlos. Hasta Alanis estaba nervioso".
Otor caso. Diio que hubo un pedido de allanamiento de la federal por violacion a la ley de marcas, en un comercio de Toay propiedad de personas de nacionalidad boliviana de apellido Marín.
Cuando escuchó Marín, se alertó, dijo. "Como me dí cuenta, le expliqué que no tenía nada que ver con el exgobernador Ruben Hugo Marin. Él me insistía que había que tener mucho cuidado. “Cuidado porque es Marín”. Damos la orden pero me advirtió: 'ojo con este expeidnete, no lo pierdas de vista'. Me dice que lo iba a firmar pero que había llamado al intendente Rojas para advertirle que le iba a mandar un allanamiento a Marín".
"Si era cierto que él avisaba de los allanamientos, me empecé a preocupar porque iba a quedar vinculada a eso", señaló.
"En todo eso, jamas me levantó la voz ni discutimos en terminos elevados. Pero si había escuchado de episodios que había pateado un sillón, y otro episodio a la mañana con Alicia Traverso (secretaria tributaria) que fue a la fiscalía a hacer la denuncia. Yo sabía los problemas que habia tenido con otros empleados, con Celia Traverso se referia como “la conchuda” o “la yegua”. Y también a otras compañeras en términos despectivos, a María Laura Alvarez le decía “el gato”, y asi todo el tiempo con las mujeres", completó.
"De los contratados en la secretaría electoral, empezó a circular que el juez les había preguntado por la orientación política y por quien habían entrado a trabajar en el juzgado. Él hacia alusiones de que los querían sacar porque quería traer a su gente. De Amirall supe que Charlín salió enojado por él. Me dijeron que le pidió a la doctora Anocibar que le prohiba la entrada, enojado y golpeando el mostrador.
"Nunca lo escuché referirse de forma despectiva hacia un varón", consignó.
El juicio
En el juicio actúa la fiscal María Luz Castagni. Las audiencias se realizarán en el Colegio de Abogados y están programadas para los días 8, 9, 22 y 23 de marzo; 5, 6, 19 y 20 de abril; y 4, 10, 11 y 24 de mayo. Cada una comenzará a las 8 de la mañana.
La exjueza Iara Silvestre (era la secretaria del Juzgado); el secretario de Derechos Humanos, Antonio Curciarello; y el exjefe de Policía, Ricardo Baudaux, son algunas de las personas convocadas por el TOF. También hay periodistas y trabajadores judiciales.
El TOF estará integrado por los jueces Orlando Cosia, Carlos Grosso del TOF de Neuquén y Luis Salas, exjuez federal subrogante del Juzgado Federal de Santa Rosa.
El juicio a Charlín sufrió una postergación por la solicitud de un juicio abreviado y por el pedido de desplazamiento de los jueces del TOF, Marcos Aguerrido, José Mario Triputti y Pablo Díaz Lacava.
Fue la sala IV de la Cámara de Casación Penal la que rechazó en diciembre de 2016 el recurso del exjuez Charlín y ratificó el juicio oral por el caso de acoso laboral y sexual contra el exmagistrado.
Sin embargo, esa sala admitió la recusación contra los integrantes del Tribunal Oral Federal de Santa Rosa, por lo que se debió integrar un nuevo cuerpo.
Charlín presentó en la sala IV de la Cámara de Casación un recurso contra la elevación a juicio oral y el rechazo del juicio abreviado pedido por el exjuez ante el TOF de Santa Rosa.
La sala IV está integrada por los jueces Gustavo Hornos, Juan Carlos Geminiani y Mariano Borinsky. La decisión de rechazar la apelación fue por unanimidad, mientras que la recusación contra el TOF (integrado por José Mario Triputti, Marcos Aguerrido y Pablo Díaz Lacava, quienes fueron desplazados) se aprobó por mayoría con los votos de Hornos y Geminiani y la disidencia de Borinsky.
Charlín está acusado de acoso sexual y laboral, amenazas y maltrato contra empleados judiciales, testigos y un fotógrafo. Además renunció en julio de 2016 para evitar el juicio político que avanzaba hacia una destitución: el ministro de Justicia, Germán Garavano, se la aceptó. Los delitos que se le imputan a Charlín fueron cometidos mientras subrogó el Juzgado Federal de Santa Rosa, ya que él era titular del Juzgado de General Pico, que nunca fue puesto en funcionamiento.
Resolución
Una resolución del TOF determinó que todos aquellos que quieran participar de las audiencias -tanto el público en general como el periodismo- deberán acreditarse.
Solo se permitirá la reproducción periodística de los actos iniciales del juicio, como la apertura, lectura de la acusación y la indagatoria del imputado, y los actos finales como alegatos y lectura del veredicto y los fundamentos de la sentencia.