Amado había intervenido, entre otras causas de relevancia, en la famosa “cena del día del amigo” en donde tres funcionarios judiciales habían violado las restricciones por la pandemia vigentes en ese momento.
Su causa más relevante y de trascendencia pública fue la de los desvíos de fondos del IPAV. Investigó y acusó al expresidente Hugo Agüero y el gerente contable, Luis Araniz por peculado y cohecho (coimas), quienes fueron condenados por desviar dinero de las cuotas de los adjudicatarios a cuentas y gastos personales.
Hace algunos días se había hecho un público un pedido de donantes de sangre para Amado, quien ya se encontraba internado en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Padecía problemas renales y estaba esperando un trasplante cuando su estado de salud se complicó.
Tuvo una larga carrera judicial. Llegó a ser fiscal de instrucción y ahora era fiscal general en la primera circunscripción. Se postuló para el cargo de Fiscal de Investigaciones Administrativas e integró la terna final, aunque el exgobernador Rubén Marín eligió a ex asesor legal del APA, Enrique Romero Oneto.






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