Según informan diversas agencias internacionales, se trató de cuatro buques guardacostas de origen chino que ingresaron a aguas del archipiélago controlado por Japón (y conocido como Senkaku en japonés y Diaoyu en China), y navegaron cerca de las islas cuya soberanía se disputan ambos países.
Los cuatro barcos chinos ingresaron a aguas del archipiélago cerca de las 10 de la mañana (hora locales) y se desplazaron en dirección del suroeste, según afirma el gobierno japonés en base a la información suministrada por sus guardacostas en la zona, y que siguieron de cerca la trayectoria de los supuestos intrusos.
A su vez, un comunicado difundido por la Administración Oceánica Estatal de China reconoció el hecho, aunque evitó hablar de conflicto, ya que a su entender las cuatro embarcaciones no hicieron otra cosa que "patrullar en aguas chinas frente a las islas Diaoyu", tal como ellos conocen al archipiélago.
En consecuencia, Japón protestó de forma recurrente ante la comunidad internacional alegando que China provoca una escalada de tensiones al enviar regularmente buques a las inmediaciones del archipiélago en disputa.