El pasado domingo el pueblo venezolano asistió a las urnas para elegir los miembros de la Asamblea Constituyente que el gobierno de Nicolás Maduro impulsó con el objetivo de modificar la Constitución del país.
Las autoridades electorales habían informado que alrededor de ocho millones de personas se habían presentado a emitir su voto, aunque la oposición sostuvo que el número en realidad había sido de algo así como 3 millones, lo que acusaron como "el mayor fraude de la historia" de Venezuela.
"Estimamos que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos de un millón de electores", informó la empresa SmartMatic desde sus oficinas en Londres. Venezuela viene utilizando sus servicios desde el año 2004.
El presidente de la empresa, Antonio Mugica, explicó que "para conocer con exactitud la participación debería hacerse una auditoría más extensa del sistema de recuento".
La Asamblea Constituyente ya está funcionando en el edificio del Parlamento y cuenta con la cualidad de ser soberana, lo cual complica la posibilidad de ir marcha atrás.
El titular de la Organización de Estados Americanos, Luis Almargo, elevó su voz al calificar lo ocurrido como "el fraude electoral más grande de la historia de Latinoamérica en porcentaje y millones de votantes".