“Se cambió gran parte de los guardarrails laterales y, con tierra y tosca traída por camiones desde una cantera cercana, se está ganando en altura y seguridad, conteniendo así el empuje del agua y viento que acelera la misma. Según lo planificado, para la semana entrante estará todo en condiciones”, explicó.
Más allá del bombeo de agua de la laguna Don Tomas, (1.100.000 litros por hora), los operarios han afianzado la seguridad y asesorado a los viajantes para que tomen las medidas necesarias, reducir velocidad, luces encendidas y mejorar así el tránsito en esa zona de obra. Además, otro de los objetivos es contar con una ruta sin agua sobre la cinta asfáltica.